martes, 30 de octubre de 2007

Suegra

Acabo de hacer uno de esos test que con regularidad publican en las revistas "femeninas". Pese a que los encuentro ridículos, este en particular me pareció atractivo, pero sólo el tema, ya que las preguntas eran demasiado generales.

Debo aclarar, a modo de introducción, que este item para mí y para Potis es, por decir lo menos, complicado y uno de los temas prohibidos.

La pregunta del test era ¿Cómo es tu suegra?. A penas lo leí pense en mi relación suegra-nuera. Tengo claro que este test no reflejó nada real, ni sus resultados son la solución a mis problemas, pero me lleve una grata sorpresa e incluso memoricé unos tips bastante aceptables que pondré en práctica, obviamente, cuando pueda.

A modo de información, debo aclarar que mi suegra no me quiere ver ni en pintura. En mí se cumple el dicho popular "noera lo que quería para mi hijo" y por lo mismo actúa en consecuencia.


Como dato anecdótico debo consignar que a mí no me puede caer mal, es más, me da muchísima lata que nuestra "relación" sea así, me encantaría ser su amiga, compartir recetas de cocina y hablar de lo mundano y trivial, en el fondo conocerla más.
Por formación familiar, al estilo "todos para uno y uno para todos", es decir aclanados hasta las patas, las malas relaciones familiares me cargan. Estoy tan acostumbrada a la familia tipo clan, que esta situación, no me hace para nada feliz, es una espinita en mi corazón.

Es más, saber que yo soy para ella sinónimo de "destructora de su familia" me causa muchísima pena. Cómo me gustaría que se diera cuenta que, al contrario de lo que ella piensa, soy una amante de la familia y que me he esforzado por unir a la suya. Lamentablemente no lo he logrado ya que las heridas que hay sobrepasan mi área de acción. Yo no puedo, aunque sería uno de los deseos que le pediría a un genio si encontrara la lamparita mágica, borrar toda la historia pasada y hacer que se olvidaran los rencones y sufrimientos.

Sólo una vez traté de demostárselo, pero salí trasquilada, a parte de mantener su opinión, me gané gratuitamente el calificativo de "cínica y mentirosa", además de la prohibición de entrar a su casa. En mi opinión, yo no soy culpable de nada más que de querer a su hijo y estar con él.
Tengo claro que esta situación no es cómoda para nadie y hasta ahora hacer como si nada pasara e incluso esconder nuestra relación por miedo a tener mayores desencuentros es algo que ronda en mi cabeza día a día. ¡Todo sería tan fácil, sólo si ella se diera el tiempo de conocerme y tratara de pasar por alto los prejuicios que tiene!. Les aseguro que la cosa sería radicalmente distinta y su hijo sería el más beneficiado.

Yo creo que Potis sería muy feliz sabiendo que, al menos, mantenemos una relación políticamente correcta. A lo mejor ser amigas es mucho pedir, pero no creo que a Potis le guste tener que esconderme y no poder contarle lo feliz que es junto a mí, los viajes que hacemos, las aventuras que vivimos, las anécdotas, etc. y todo por evitar una acalorada discusión.

Además, me imagino lo incómodo que debe ser para Potis estar al centro de esto. Por un lado, su mamá y por el otro yo. En todo caso esta incomodidad la sabe manejar y lo hace períodicamente bien. Obviamente en sus períodos "R" esto hace eco y crecen sus inseguridades, pero el amor es más fuerte.
Con este relato ustedes deben creer que mi suegra es una bruja, pero no, poniéndose en su lugar, es sólo una madre que protege como leona a su familia y por lo mismo una mujer admirable. Lo único malo es que tiene una visión errada de mí, pero espero con todas mis fuerzas que se dé el instante preciso, el tiempo y espacio para que me conozca y podamos partir de cero.

Y bueno el resultado del test fue: "Tu suegra es entrometida" Como el test era general y no confeccionado para mí, obviamente el resultado es erróneo. Lo correcto hubiese sido "una suegra protectora de su familia, equivocada, pero protectora".

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