jueves, 1 de noviembre de 2007

¿Quién Entiende a los Hombres?

He leido innumerables veces diarios, revistas, libros, blogs y casi cualquier medio escrito el título ¿quién entiende a las mujeres?, pero casi nunca aparece ¿quién entiende a los hombres? Si bien, el tema es complejo con respoecto a nosotras... no es tan dificil.
A lo mejor los autores de estos relatos, crónicas o simples narraciones son de autoría masculina y por eso para ellos es tan difícil entendernos. Si bien reconozco que manejamos códigos distintos, los femeninos han sido ultra analizados y cualquier hombre, que se preocupe de estar informado, puede hacerlo a la perfección. Pero a ellos, quien cresta los entiende, por qué no existen diccionarios o relatos reales que permitan a las féminas poder leer sus códigos y entenderlos.
Creo que un libro que nos lo permitiera, sería un éxito de ventas, la obra del año premiado por todas las academias ya que a mí parecer cualquier mujer querría conocer la forma práctica que usan los hombres y así entenderlos.
Existen algunos que piensan que el amor rompe todas las diferencias y sólo eso basta para ser una pareja 100% feliz. Tremendo error, si bien el amor hace que muchas veces pases por alto la confusión de códigos, de verdad no sólo esto es suficiente.
Pasciencia es la técnica de mi abuelita, además de hacer sentir al otro siempre inseguro, según ella, cuando un hombre da por sentado que tiene una mujer segura y enamorada capaz de hacer cualquier cosa por él... en vez de agradecer las dedicaciones y devolver todo el amor, se aburre. Su espíritu de conquista se latea y piensa que ya no hay nada más que hacer. Que error más grande.
Yo estoy pensando seriamente que la Güeli tiene toda la razón del mundo, los hombres no responden de igual manera que nosotros. Yo sería extremadamente feliz y en vez de aburrirme - como ellos- mi espuesta sería más amor.
Mi mamá dice que a los hombres hay que tratarlos con la punta del zapato, que mientras más bruja seas, más te quieren. Al parecer también tiene razón. Mi ex tenía una bruja como polola, lo humillaba, barría el piso con él y de vez en cuando le hacía un cariñito y aún cuando nosotros ya teníamos una relación, él seguia enamorado de ella y terminamos porque él no estaba acostumbrado a las atenciones, cariño y preocupación. Las incongruencias de la vida.
Y ahora al parecer voy por el mismo camino.

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